Encendió
su mirada triste cuando el mundo yacía en silencio. Acongojada, se mostraba
sedienta de una luz que creía robada. Ese anochecer imperturbable, las
estrellas la miraban sin decir nada y comenzaban a apagarse, traicionadas, como
cigarrillos que solo esperan la muerte. La luna sentía miedo por primera vez.
Fue la misma noche en que yo empecé a sentirlo.
"Sacrilegio"
María Elena Guillén
Microrrelato seleccionado por
Diversidad Literaria