lunes, 25 de febrero de 2013

MARK NEPO (I)





Si no puedes ver aquello que estás buscando, observa lo que tienes ante ti. Esto es suficiente"




                                                       http://youtu.be/kAPyXvHFNzA












Bueno, hoy vamos a hablar de Mark Nepo, poeta y pensador americano. Se trata de un escritor muy interesante.
Es principalmente  conocido por sus enseñanzas espirituales, especialmente tras su admirable  lucha y por lograr sobrevivir a un cáncer. Aprovecho para darles ánimos a todas aquellas personas que sufren esta enfermedad, y que aún están a tiempo de combatirlo, con optimismo y fuerza. Mark lo logró.

Nepo ha publicado varios libros dedicados a la transformación interior y a la vida en pareja. Su obra ha sido traducida a más de cinco idiomas y ha sido reseñada en programas como el de Oprah Winfrey.


 Aunque tiene más obras, hoy me voy a centrar en uno de sus libros: El libro del despertar. En otra de las entradas hablaré un poco más en su biografía y en el resto de sus escritos.
Es un libro muy curioso. No se trata ni mucho menos de ese tipo de  novelas que no puedas parar de leer. Es más, conviene leerlo poco a poco. Se trata de un texto lleno de reflexiones; podría decirse que más bien una mezcla entre psicología y literatura, pues aunque el objetivo del libro es que uno pueda aprender a vivir mejor y más feliz, el autor tiene una evidente capacidad lingüística para expresarlo. Hay momentos en los que de algunos de sus comentarios podríamos extraer incluso poemas.


El libro se divide en 365 textos independientes, cada uno de ellos encabezado por un día del año: una cita/consejo, un texto y un consejo práctico relacionado con lo expuesto. Como no sabía cuál de ellos  transcribir, dado que ayer fue mi cumpleaños, vayamos, por ejemplo, con  el:


24 DE FEBRERO

                          Más allá de la urgencia

Cuando sientas prisa, debes ralentizarte


Aprendí esto, una y otra vez, durante las numerosas crisis del cáncer. A menos que alguien esté sangrando o no pueda respirar, a menos que haya algún motivo físico para actuar rápidamente, la sensación de prisa es una gran ilusión, un truco que ocurre, una y otra vez, porque la vida dentro y fuera de nuestra piel siempre es diferente.
               
Esto es duro, pero nos hacer ser humildes. Cuando siento que no puedo parar quieto, necesito, más que nunca, estarme quieto. Cuando siento que moriré si no tengo tu aprobación, necesito más que nunca morir a mi necesidad de aprobación. Lo que necesitamos siempre está duramente, bellamente, justo delante de nosotros, disfrazado en la envoltura de nuestra urgencia más inmediata. Simplemente nos negamos a aceptar esto porque nos parece muy difícil de afrontar.

La puerta que nos da acceso a nuestro siguiente paso de crecimiento está siempre detrás de la urgencia del momento. Ahora más que nunca, cuando todo parece urgente, debes cortar los hilos con todos los sucesos. Ahora más que nunca, cuando los pesos que llevas parecen estar atados a tus muñecas, no debes correr ni ponerte frenético. Ahora más que nunca, cuando cada decisión parece un final, debes creer que cada pregunta es un comienzo .Ahora mas que nunca, cuando temes que ser quien eres sea para un cuchillo para los que te aman, debes ser fuerte por dentro, donde nadie te ve, porque amarles desde allí sólo puede hacer que tus seres queridos crezcan. Ahora más que nunca, cuando te sientes la fuente y el receptor de todo el dolor, debes inclinar la cabeza hasta que el antiguo canal que une el cielo con el corazón se reabra, hasta que recuerdes que eres una pieza bendita del polvo del espíritu en el viento del espíritu. Ahora más que nunca debes respirar hasta que tu brizna de aire se convierta en el cielo, una y otra vez.

De esta manera, reza para conocer tu lugar en la familia humana como si nunca lo hubieras conocido. Reza para que tu verdadero yo aparezca en medio de tu tribulación. Ámate a ti mismo del mismo modo que amas la vaciedad del tiempo. Ámate tal como amas a tus hijos, a tu perro o a tu amigo más querido: sin reservas. Así, el día de hoy, con todos sus contratiempos, se verterá en el mañana, y las decisiones serán tan claras como arroyos de nieve derretida.


Céntrate y siente las urgencias que tiran de ti
Siente la tensión de cada una de esas cuerdas tensas.
Con cada respiración, desátate, suelta una urgencia detrás de otra.
Aunque sea brevemente, respira con libertad; aunque sólo sea por un momento, siéntete libre de toda prisa.






                          
                FELIZ SEMANA!!!


lunes, 18 de febrero de 2013

JAVIER VÁZQUEZ LOSADA





SOMOS TODOS MUY NORMALES

Era un tipo normal
siempre lo dicen ya se sabe
y uno piensa
tan normal como yo
que pienso en aplastar la cabeza
a esas niñas que no dejan jugar a mi hija en la casita de colores.









No conocía a Javier Vázquez Losada. Es ahora cuando estoy estudiando a escritores contemporáneos y descubriendo que pueden ser tan maravillosos comos los antiguos. Regalaban unos de sus  libros en la biblioteca: La vida en un día. Cuando comencé a leerlo muchos de sus poemas me parecieron curiosos. Supongo que no era el tipo de poesía al que estaba acostumbrada, pero no por ello dejaba de ser muy buena.  Quizás en algunos de sus poemas parezca ser un poco brutal, frío, pero después nos damos cuenta de que sus poemas reflejan la vida misma, y que es capaz de captar hechos cotidianos en su máxima expresión.Muchos autores de siglos anteriores también lo hacían. Citemos por ejemplo a William Wordsworth, uno de los más importantes poetas románticos ingleses, quién me encanta y del que próximamente hablaré.
Creo que  esa es una de las maravillas de la poesía: leer, comparar, sentir las diferentes maneras en las que distintos autores, con su personalidad, pueden abordar los mismos temas. Captar la esencia de las cosas con su visión propia y hacer que podamos ver el mundo desde distintos ángulos.
Creo que a  todo el que lea "La vida en un día" se le puede escapar una sonrisa y pensar: ésto puede ser tan real...




 Miénteme

Te dije que me  dijeras si habías estado con él
sí ya sé te insistí mucho con el tema
puedo ser muy insistente
con el bate en la mano
tú respondiste que sí
y yo te pregunté
por qué coño me tienes que decir la verdad
con lo fácil que es mentirme.




Más que poesía en algunos momentos parece estar estableciendo un diálogo. La supresión de signos ortográficos favorece que ello lo parezca. Sabemos que son bastantes  los autores que escriben sus textos de esta manera. Recordemos a César Vallejo y su famoso “Trilce” que empieza a proclamar esta nueva ortografía, con la consiguiente supresión de signos y de mayúsculas. (Postulado europeo que tiene su auge desde el futurismo hasta el dadaísmo de 1920).



JAVIER VÁZQUEZ LOSADA nace en Ourense en 1967 y reside en Madrid. Licenciado en derecho. Y es curioso porque entonces podemos parar y preguntarnos, ¿No son demasiados ya los autores que tienen su primer contacto con las leyes y luego se dedican a escribir cultivando su pasión por la literatura? Será porque las leyes se quedan cortas, y más en el mundo en el que vivimos actualmente…creo que hace falta explotar otros territorios menos fríos, más interesantes y menos herméticos que lo que nos sugieren algunas leyes, que  se han quedado anquilosadas en determinados ámbitos y que habría que cambiar…( Yo he estudiado derecho, y aunque ambos ámbitos son importantes, creo que es evidente con cuál me quedo)
Como decíamos, el autor al que hoy nos referimos compagina su profesión de abogado  con la coordinación de cursos en Fuentetaja, los conocidos talleres de escritura. Además es director ejecutivo de la Revista Hispanoamericana de Cultura Otro Lunes. Javier Vázquez obtendrá además numerosos premios en distintos ámbitos.

Respecto al libro al que nos remitimos, transcribo lo que pone en su portada para explicar el sentido de los poemas que lo contienen. Sencillamente, es así.

“La vida en un día, ganador del premio Blas de Otero del Ayuntamiento de Majadahonda de 2008, es un libro que emplea la poesía como medio de expresión conceptual de la narración interior del autor que se superpone al personaje que expresa, a veces de un modo amargo, otras irónico, esa sensación que a todos nos dejan muchas veces los sucesos más simples en el encuentro y el desencuentro. Es poesía viva, crónica del pensamiento y el corazón, que a veces parece destruido y otras mira por encima de las cosas, sin darle más importancia que la que le confiere el tiempo y el espacio particular en que se viven los hechos cotidianos. Toda nuestra vida es un simple día. Largo…y corto. Y lleno de reflexiones y acontecimientos. Los de este libro nos hacen mirar y pensar. Y, al cerrar la última página, quizás comprender y comprendernos mejor, sin darnos demasiada importancia”








Pero no todo son infidelidades, tristezas o derrotas. Muchos de sus poemas hablan del amor, y en la próxima entrada veremos ambos extremos de su poesía. Terminamos hoy con dos poemas, el primero, La vida en un día, precioso, que cierra el libro y se remite al título de éste. Y el último, que con suma brevedad, encierra mucho…

Besos y hasta la semana que viene !!!



                                                  http://youtu.be/aWUqluu7nS0


En un día tan bello
las palabras parecían sobrar
era un día para dejarlo fluir
para que nos colmara a todos
por el solo hecho de estar vivos
un día
para estar enamorado
para que el aire rozara la piel en un acto único e irrepetible
para romper las cadenas que nos atan a otras cadenas
para dejar lo que nos perturba en un rincón del alma
para estudiar el juego del ajedrez
para ver árboles, flores , frutas caídas
para manchar mis labios con tu carmín
para dibujar un seis un cero una alondra
para caminar despacio en un lugar sin túneles alrededor
para pájaros gatos nubes
para quemar los zapatos caminando el día interminable
para semejarse a la belleza de la tierra
para habitar el país
para tener misericordia del enfermo
para la naranja en mis manos
para la naranja en las tuyas
para atravesar la luz sonriente
para cualquier metáfora
para no hacer dietas
para gozar los sabores  los olores  los colores
para existir
para ser algo
para ser más que nada
al menos para creerlo
para colocar las sábanas en la hierba
para apagar el pie desnudo en la piedra
para tocar mi vieja guitarra
para tocarte a ti
para que me tocases a mí
para cruzar la calle sin mirar
para bailar desnudos
para beber sin sed
para conversar    de tú a tú    con los fantasmas
para ver la claridad recién llovida
para decir aquí y allí que estás vivo
para ti
para mí
para los dos siempre.












SÓLO UNA VEZ

Parece tan simple
una perogrullada mil veces oída
algo que oímos ya como quien oye llover
eso de que sólo se vive una vez
una puñetera vez tan solo
que no debemos esperar nada más
tan simple y tan cierto
que parece mentira
parece mentira joder
que sigamos aún tan quietos.  

















lunes, 11 de febrero de 2013

ARTHUR RIMBAUD








¡Hola de nuevo!

Vamos hoy  con el desgarrador Rimbaud. Su poesía destila crudeza por los cuatro costados. No es de mis autores preferidos, pero también es verdad que ha escrito muchísimo y que algunos de sus poemas son impactantes.


Arthur Rimbaud nació en 1854  en Cherleville, pequeña ciudad de Francia, en el seno de una familia acomodada. Es digno de mencionar que escribió su obra  antes de los 20 años. Después se dedicará únicamente a vivir una vida de aventuras.  
A Rimbaud lo incluimos en la generación de los Poetas Malditos, debido  a una selección de su amante Paul Verlaine.

Su vida no fue fácil. Con apenas seis años, su padre abandonó a la familia, dejándolos con serios problemas económicos. Será, por tanto, su madre, la que se haga cargo de la educación de sus hijos. Una educación extremadamente estricta  en la que no permitía que éstos se relacionaran con nadie.

Buen alumno, a los once años consigue ser uno de los mejores del instituto de su ciudad, y a los catorce consigue casi todos los premios de los exámenes finales.

Será en 1870, cuando comienza la guerra franco-prusiana, cuando Arthur a abandone los estudios. En este verano, además, se escapará  de su hogar por primera vez. Marchará a París y al no tener dinero, permanecerá durante una semana en los calabozos. Será rescatado por Izambard, el que fue su admirado profesor y amigo.

 Será a partir de entonces cuando sus escapadas se hagan  frecuentes y pase de ser un ejemplar estudiante a ser un chico problemático. Sin embargo, será esta época, en la que se desarrolle su gran producción literaria; una vida nada fácil que se recoge claramente en su obra. Será también en este periodo  cuando se ponga en contacto con  la obra de Baudelaire y Verlaine muy interesante la relación que establece con este último. En la siguiente entrada hablaré de ella.
Decir también que a todo esto le sumamos el interés por los estudios sobre ocultismo y tratados iluministas, influyendo todo ello en su obra.

En “Lettres du Voyant” esboza una doctrina poética. Cree que la literatura debe ser la expresión personal, reflejo del entorno que él siente tan desgarradoramente, y no un fin en sí misma.
La literatura para Rimbaud  debe poseer el don profético.
Murió en 1891.

Vimos “El niño yuntero” de Miguel Hernández. Hoy vamos a ver un poema que  habla también de niños. Veremos el distinto tratamiento que dos autores diferentes pueden dar a un mismo tema. En el poema de Miguel podemos ver el recurrente tema de la esclavitud infantil; en éstos veremos la pobreza del alma de dos niños que pierden la insustituible figura de su madre. Os dejo con “El aguinaldo de los huérfanos”: (Las traducciones son muy diferentes entre sí. El vídeo también discrepa):








Habitación en sombra: vagamente
se oyen los murmullos
dulces y tristes de los niños.
Sus cabezas se vencen
abrumadas de sueño
bajo el dosel que tiembla y que se agita…
–Fuera, muertos de frío, los pájaros se apiñan,
y sus plumas se ahuecan bajo el gris de los cielos.
Año Nuevo, envuelto entre la bruma
y arrastrando los pliegues
de su nevada capa,
se sonríe entre lágrimas y canta estremecido…


II

Y mientras tanto, los pequeños
bajo el dosel flotante
hablan bajito, como si de una noche oscura
se tratara, y escuchan, a lo lejos
algo como un murmullo…
Y se estremecen por la clara voz de oro
del timbre matinal que lanza aún más alto
su estribillo metálico
bajo su orbe de cristal.
                                      –El cuarto
está helado y, por el suelo,
esparcidas en torno de las camas
hay vestidos de luto. El cierzo áspero
del invierno, gimiendo
en el umbral, exhala por la casa
su aliento entristecido.

Se nota, en todo esto, que algo falta.
¿No hay una madre para los pequeños,
madre de sonrisa fresca
y triunfante mirada?
La noche, sola y amorosa,
se olvidó de arrancarle a la ceniza
una llama, avivarla,
y arroparles con su edredón de lana
antes de abandonarlos y gritarles: perdón.
¿Acaso no ha previsto el frío matinal
ni trabó bien la entrada contra el cierzo?
El sueño de una madre es una tibia alfombra,
el blando nido en que los niños
agazapados como pájaros entre el ramaje
duermen un sueño de visiones blancas…

Es éste un nido sin calor ni plumas,
en el que los pequeños pasan frío, no duermen
y tienen miedo;
                          un nido
tal vez helado por el amargo cierzo.


III

Ya vuestro corazón lo entiende todo:
ellos no tienen madre.
¡No hay una madre en casa y su padre está lejos!
Una criada vieja se ha ocupado
de los niños. Los pobres
están solos en una estancia helada,
huérfanos de cuatro años solamente,
y he aquí que despierta
en sus mentes un recuerdo alegre…
al igual que un rosario
que al rezar se desgrana:
–¡Qué mañana tan buena, la mañana
del aguinaldo! Cada uno
hubo soñado aquella noche
un sueño extraño con juguetes,
bombones revestidos
de oro, alhajas deslumbrantes;
corretear, bailar
una danza sonora y esconderse
después tras las cortinas y aparecer más tarde.

Despertaban temprano, mas felices,
con la boca hecha agua, frotándose los ojos…
Iban, con brillo en la mirada,
y aún enredados los cabellos
igual que un día festivo
con sus pies diminutos descalzos por el suelo,
a llamar a la puerta de los padres…
¡Entraban! Y después… ¡las felicitaciones,
los besos repetidos, en pijama,
y la alegría sin reservas!


IV

Qué maravilla esas palabras
por tantas veces pronunciadas.
Pero cómo ha cambiado la casa desde entonces:
un fuego crepitaba, vivo, en la chimenea,
e iluminaba todo el viejo cuarto;
y los reflejos rojos de la hoguera
se divertían al contornear
los muebles barnizados…
¡El armario no tenía llaves;
sin llaves, el armario inmenso!
A menudo, observaban
su puerta oscura y ocre…
¡Sin llaves!… ¡Era extraño! Tantas veces
habrían de soñar con los misterios
que habitaban sus flancos de madera,
y creían oír, tras de la cerradura
abierta, un vago ruido,
un lejano susurro…
–Qué vacío está hoy el dormitorio
de los padres. Ningún reflejo rojo
brilla bajo la puerta;
ya no hay padres, ni fuego o llave alguna.
Al irse, ya no hay besos ni sorpresas.
Qué triste será el día de Año Nuevo
para estos niños, mientras de sus ojos
azules, cae, silenciosa,
una lágrima amarga,
y un murmullo se oye: «¿para cuándo
volverá nuestra madre?».


V

Duermen ahora los pequeños
tristemente. Diríais, al mirarlos,
que lloran al dormir, por su penosa
respiración y sus hinchados ojos.
¡Los pequeños tienen un alma tan sensible!
–Sin embargo, el ángel de las cunas
llega a enjugar sus ojos, y desliza
un sueño alegre entre sus pesadillas,
un sueño tan alegre que sus labios
se entreabren, y ríen
                                  (parece que susurran).
–Sueñan cómo, inclinándose en sus brazos
contorneados, con el dulce
gesto del sueño, alzan
la frente, y su mirada
vaga a su alrededor…
Creen estar en un rosado paraíso…
En el lar, rebosante de destellos,
canta el fuego feliz … por la ventana,
a lo lejos, renace un cielo azul,
y la naturaleza se despierta
y se embriaga de luz…
Y la tierra, feliz por revivir,
semidesnuda, tiembla de alegría
por los besos del sol.
En la maltrecha casa todo es tibio y rojizo:
ya la ropa sombría no reviste
el suelo de la estancia
y, en el umbral, el cierzo
ha amainado por fin… ¡Como si un hada
tuviera algo que ver con todo esto!
–Los niños, jubilosos, dan un grito…
Allí, junto a la cama de su madre,
bajo un hermoso rayo color rosa,
sobre la alfombra, algo resplandece…
son medallones plateados, blancos
y negros, cuyo reflejo titilante
es de nácar y jade;
pequeñas orlas negras, diademas
de cristal, con tan sólo tres palabras
cinceladas en oro:
                           a nuestra madre

Y como tema de hoy ha sido bastante extenso, os dejo ya con uno de los poemas que más me gustan, ¡Hasta la semana que viene!





PRIMERA VELADA


Ella estaba tan desnuda…
Grandes árboles indiscretos
tendían al cristal sus ramas
con malicia, cerca, cerca .

Sentada en mi gran silla,
el cuerpo semidesnudo, ella trenzaba las manos.
Sobre el suelo de la estancia,
de gozo se estremecían sus piececitos tan finos.

Miré, color de la cera,
un pequeño rayo montés
mariposeando en su sonrisa
y por encima de su pecho como mosca en un rosal.

Besé sus finos tobillos.
Su risa dulce y brutal
se desgranó en claros gorjeos
alegres y cristalinos.

Los pies bajo la camisa
se escurrieron: ¡Estate quieto!
El primer atrevimiento
fingió castigar su risa.

Palpitantes bajo mis labios,
besé muy suave sus ojos:
ella reclinó su cabeza
delicada: ¡ Ah!, mucho mejor…

Señor, debo decirle algo…
Le arrojé el resto a su pecho
en un beso que le produjo
risas de consentimiento…

Ella estaba tan desnuda…
Grandes árboles indiscretos
tendían al cristal sus ramas
con malicia, cerca, cerca.