lunes, 29 de octubre de 2012






ALEJANDRA PIZARNIK (I)




“La soledad es no poder decirla”












La Hija del Insomnio



“Cuando pienso en Alejandra la veo pasar, solitaria, en una de esas enormes burbujas del Bosco donde yacen parejas desnudas, dentro de un mundo tan tenue que sólo por milagro no estalla a cada segundo. Pero la suya es una burbuja nocturna, irisada como una perla negra. Criatura fascinada y fascinante, víctima y maga, ardía en la hoguera y, al mismo tiempo, con esa maldad de la poesía, prendía fuego al mundo circundante, lo hacía arder con una fosforescencia tierna y sombría, que iluminaba su rostro de niña con una sonrisa fantasma. Niña predestinada a ser vista, con los ojos absortos, en la ventana de un caserón ruinoso, en alguna de esas aldeas de la Alquimia del Verbo, entrevistas en el fondo de un lago. Pero aún allí, en la profundidad de los sueños, fue también la extranjera, la extraviada de sí misma. Una desconocida con su mismo rostro avanzaba hacia ella en todo lugar, en todo instante de su existencia terrestre, interrogándola con las preguntas más desgarradoras, planteándole sin cesar sus propios enigmas, el misterio de todo amor y de toda ausencia. Porque Alejandra permaneció siempre en el linde perdido de otra ribera, cuyo eco no dejó nunca de resonar en las zonas de sombra de su ser con la nostalgia de "los verdes paraísos de los amores infantiles".
Pocos seres he conocido tan plenos de fatalidad poética. Extrañamente, todos sus elementos, sus pájaros, sus nubes, su país de huérfana que oculta un secreto desmesurado, su memoria y su pasión se ordenan en dos coordenadas esenciales: el deslumbramiento de la infancia, cuyos poderes sobrevivían en ella, y un permanente sentimiento de muerte, como otro deslumbramiento terrible que la precipitaba al asombro y al terror. Duende desposeído por la caída, cautiva de un reino perdido, sólo podría ver las cosas a la luz de esa exigencia inflexible y sin consuelo. No tenía salvación: no había aprendido a mentirse, a resignarse, a olvidar.
Pero la fascinación de la infancia perdida se convierte en ella, por una oscura mutación que cambia los signos, en la fascinación de la muerte, igualmente deslumbradora una y otra, igualmente plenas de vértigo. Toda su poesía gira en torno a estos dos polos magnéticos, dos solicitaciones extremas que se funden en su voz y le dan, desde sus primeros libros hasta sus últimos textos, un acento inconfundible, una emoción esencial y de una calidad extrañamente perturbadora. En uno de los planos más remotos de su conciencia, una imagen materna, blanca y luminosa, la acoge y la protege, le revela las cosas y los sueños en una unidad total. En el extremo opuesto, una mujer pálida y nocturna, la acoge también con la misma solicitud maternal, con una tenebrosa belleza. Hacia una y otra la hija del insomnio corre con los brazos tendidos.
Ahora que tantas parejas enamoradas escuchan su palabra, ¿qué puede darles ella? No la esperanza ni la calma, sino una exaltación, una apuesta perdida. Un paraíso infantil doblado por el paraíso de la muerte, la aventura del amor y su imposible realidad.
La letra de Alejandra era pequeñita, como un camino de hormigas o un minúsculo collar de granos de arena. Pero ese hilo, con toda su levedad, no se borrará nunca, es uno de los hilos luminosos para entrar y salir del laberinto.


           
                                                                     ♠♠♠


He pensado que antes de hablar un poco de la biografía de Alejandra Pizarnik es más acertado poner este prólogo de Enrique Molina a la re-edición en Botella al Mar de los libros "La última inocencia" y "Las aventuras perdidas" (Buenos Aires, 1976). En él nos podemos hacer una clara idea de cómo la veían las personas que la rodeaban.






                                             http://youtu.be/iy-OJkdZR2Y






EL SILENCIO ES LUZ


El silencio es luz
el canto sabio de la desdicha
emana tiempo primitivo
buscaba la piedra no el pan
un himno inocente no las maldiciones
el conocimiento de mis nombres
para olvidarlos y olvidarme
pero lo que no busqué es el exilio
ni tampoco me dije mentiras
no adoré el sol
pero no esperé esta luz negra
al filo del mediodía.






ALEJANDRA PIZARNIK nació en Buenos Aires, Argentina, el 29 de Abril de 1936 en una familia de inmigrantes judíos, y murió en la misma ciudad, el 25 de Septiembre de 1972. Su obra literaria se acerca al surrealismo y al simbolismo; se trata de una maravillosa poeta y ensayista, cuya obra resultará una de las propuestas más rupturistas y significativas del siglo XX.

Podemos estructurar su producción literaria en tres etapas: una primera en Buenos Aires, en la que se inicia en el mundo literario y empieza su período de aprendizaje. En 1953, Alejandra Pizarnik entra  en la Facultad de Filosofía y Letras en la Universidad de Buenos Aires, cursando en forma intermitente hasta 1957, cuando se cambia a la Escuela de Periodismo. Una segunda, en la que entra en contacto con lo internacional y en la que ya se aprecia la madurez y la apertura a  nuevas perspectivas (París, 1960- 1964).  En 1960 viaja a Francia y reside en París por cuatro años, estudiando Literatura Francesa en La Sorbona, trabajando para la revista "Les Lettres Nouvelles" y haciendo traducciones de autores surrealistas.  Y una tercera  en la que por un lado llega a la plenitud, pero en la que por otra comienza su enfermedad, con sucesivos delirios y obsesiones. En 1965, Alejandra Pizarnik retorna a Buenos Aires (Argentina) y obtiene en 1968 la beca Guggenheim, viajando tiempo después a Nueva York (Estados Unidos) y París (Francia). Entre 1970 y 1972 entra en un estado de depresión muy grave, que la llevó a intentar suicidarse en reiteradas circunstancias, hasta que finalmente es internada en un hospital psiquiátrico (1972), en el que se permite  que los fines  de semana pueda marcharse a su casa. Alejandra Pizarnik se suicida en su departamento con una sobredosis intencional de "Seconal", aprovechando una de sus salidas del hospital. Cuenta solo con treinta y seis años.

La obra de Alejandra Pizarnik se remite mayormente a la poesía, influenciada principalmente por el surrealismo y de característica concisa, temática nocturna y angustiada, transparente y muy elaborada Como ocurre con muchos autores, sus poemas serán reflejo de sus problemas mentales.

¿Cuáles fueron las causas que llevaron a suicidarse a Alejandra? Una vez más se trata de una vida conflictiva, que tuvo lugar desgraciadamente ya desde su infancia. Cuando era muy pequeña tenía graves problemas consigo misma y en su relación con los demás. Se expresaba en un castellano rebelde (al ser hija de inmigrantes rusos), y tenía problemas de dicción que unido a su tartamudez, su acné, su sobrepeso y su tartamudez la llevan a tener una dificultosa adolescencia. En lugar de mejorar con el tiempo, sus problemas se agrandan a medida que van pasando los años. Con grandes trastornos alimenticios comienza a consumir frecuentemente anfetaminas; será seriamente tratada, pero su adicción a  las pastillas la llevarán  al fatal desenlace a una edad muy temprana.





A la espera de la oscuridad

Ese instante que no se olvida
tan vacío devuelto por las sombras
tan vacío rechazado por los relojes
Ese pobre instante adoptado por mi ternura
desnudo desnudo de sangre de alas
sin ojos para recordar angustias de antaño
sin labios para recoger el zumo de las violencias
perdidas en el canto de los helados campanarios.

Ampáralo niña ciega de alma
Ponle tus cabellos escarchados por el fuego
Abrázalo pequeña estatua de terror.
Señálale el mundo convulsionado a tus pies
a tus pies donde mueren las golondrinas
Tiritantes de pavor frente al futuro
Dile que los suspiros del mar
humedecen las únicas palabras
por las que vale vivir.

Pero ese instante sudoroso de nada
acurrucado en la cueva del destino
sin manos para decir nunca
sin manos para regalar mariposas
a los niños muertos.


♠♠♠





Os dejo con  algunas de las  frases de Alejandra  Pizarnik que merecen ser citadas:

(¡Qué paséis buena semana!)





“Yo no se de pájaros, no conozco la historia del fuego. Pero creo que mi soledad debería tener alas”



“Aun si digo sol y luna y estrella me refiero a cosas que me suceden. ¿Y qué deseaba yo? Deseaba un silencio perfecto. Por eso hablo.”



“Se ha dicho que el poeta es el gran terapeuta. En ese sentido, el quehacer poético implicaría exorcizar, conjurar y, además, reparar. Escribir un poema es reparar la herida fundamental, la desgarradura. Porque todos estamos heridos”



“Recibe este rostro mío, mudo, mendigo. Recibe este amor que te pido. Recibe lo que hay en mí que eres tú”



“No es muda la muerte. Escucho el canto de los enlutados sellar las hendiduras del silencio. Escucho tu dulcísimo llanto florecer mi silencio gris”


“La rebelión consiste en mirar una rosa hasta pulverizarse los ojos”


“Una mirada desde la alcantarilla puede ser una visión del mundo”


“Y sobre todo mirar con inocencia. Como si no pasara nada, lo cual es cierto”


“Cubre la memoria de tu cara con la máscara de la que serás y asusta a la niña que fuiste”


“Delicia de perderse en la imagen presentida. Yo me levanté de mi cadáver, yo fui en busca de quien soy. Peregrina de mí, he ido hacia la que duerme en un país al viento.”


“Deslumbramiento del día, pájaros amarillos en la mañana. Una mano desata tinieblas, una mano arrastra la cabellera de una ahogada que no cesa de pasar por el espejo. Volver a la memoria del cuerpo, he de volver a mis huesos en duelo, he de comprender lo que dice mi voz”

“No quiero ir nada más que hasta el fondo"




♠♠♠

domingo, 21 de octubre de 2012



CHARLES BAUDELAIRE (I)




El “poeta maldito”






                                             UN HEMISFERIO EN UNA CABELLERA

Déjame respirar mucho tiempo, mucho tiempo, el olor de tus cabellos; sumergir en ellos el rostro, como hombre sediento en agua de manantial, y agitarlos con mi mano, como pañuelo odorífero, para sacudir recuerdos al aire.
   
      ¡Si pudieras saber todo lo que veo! ¡Todo lo que siento! ¡Todo lo que oigo en tus cabellos! Mi alma viaja en el perfume como el alma de los demás hombres en la música.
   
      Tus cabellos contienen todo un ensueño, lleno de velámenes y de mástiles; contienen vastos mares, cuyos monzones me llevan a climas de encanto, en que el espacio es más azul y más profundo, en que la atmósfera está perfumada por los frutos, por las hojas y por la piel humana.
   
      En el océano de tu cabellera entreveo un puerto en que pululan cantares melancólicos, hombres vigorosos de toda nación y navíos de toda forma, que recortan sus arquitecturas finas y complicadas en un cielo inmenso en que se repantiga el eterno calor.
   
      En las caricias de tu cabellera vuelvo a encontrar las languideces de las largas horas pasadas en un diván, en la cámara de un hermoso navío, mecidas por el balanceo imperceptible del puerto, entre macetas y jarros refrescantes.
   
      En el ardiente hogar de tu cabellera respiro el olor del tabaco mezclado con opio y azúcar; en la noche de tu cabellera veo resplandecer lo infinito del azul tropical; en las orillas vellosas de tu cabellera me emborracho con los olores combinados del algodón, del almizcle y del aceite de coco.
   
      Déjame morder mucho tiempo tus trenzas, pesadas y negras. Cuando mordisqueo tus cabellos elásticos y rebeldes, me parece que como recuerdos.
                                               
                                                                   ♦♦      ♦♦        ♦♦


Vamos con el misterioso, diferente e increíble Baudelaire, y uno de mis preferidos.
Veamos este vídeo; está en francés (y creo que, aunque no se sepa este idioma, merece  la pena escucharlo). Está subtitulado,  y es un tanto…en fin, así puedo imaginármelo cuando leo sus poemas; con ese punto tétrico, decadente,  extravagante; un genio, al fin y al cabo. Os dejo con él:    
                       


                                                     http://youtu.be/JCJvWjekZh0






CHARLES BAUDELAIRE nació en París el 9 de abril de 1821, y murió en el mismo lugar el 31 de agosto de 1867.Arquetipo del “poeta maldito” ha sido admirado por generaciones tanto por su obra como por su extravagante vida.

Se le considera el padre de la poesía moderna, y si hay algo característico en él es su odio por lo convencional. Baudelaire podía soportar muchas cosas; pero su horror  por el tedio, por la monotonía, era uno de sus aspectos más destacados. Frente a ello tomará un lenguaje que huye de lo visto hasta ese momento. Pero no solo se verá este aspecto reflejado en su literatura, sino que será su propia vida presa de este odio que intentará paliar a toda costa. La prostitución, las drogas y  la vida bohemia son exponentes permanentes en su camino.
Destacan en su obra “Las flores del mal” (veremos alguno de sus poemas en la segunda parte) que ejerció una gran influencia en toda la literatura europea  y que se verá también reflejado en autores como Proust y T.S. Elliot.

Dicen que las personas que no han tenido una infancia fácil estallan tarde o temprano. Quizás le ocurriera esto a Baudelaire (otro más…), ya que se crió en un ambiente familiar muy hostil donde destaca la mala relación que tenía con el segundo marido de su madre. No tuvo una formación “equilibrada” puesto que estaba constantemente expuesto a diferentes viajes debido a los traslados de su padrastro, un militar llamado Jacques Aupick, autoritario y convencional. De ahí posiblemente la rebeldía de nuestro autor por ir contra todo lo establecido.

                                                        


Recibe su título de abogado e inmediatamente se disuelve en un ambiente francés bohemio rodeado de pintores, poetas, críticos y se deja llevar por todo tipo de excesos. Se hace asiduo a la visita a los prostíbulos, y su mala vida le hace abusar de las drogas y el alcohol. Todo ello es causa del quebrantamiento de su salud, contrayendo la sífilis. Morirá cuando cuenta únicamente con cuarenta y seis años de edad. En sus últimos años de vida, fallando gravemente su economía, regresa a París donde sufre grandes malestares físicos, que le llevará a la parálisis y a esta muerte temprana.



Muy imbuido en la política, cobrará un importante papel en la revolución de 1848; se sumó a las barricadas y destaca su participación en la redacción de periódicos socialistas.

Su vida escandalosa está unida a su producción literaria. En sus poemas va a criticar sin ningún tipo de reparo a la sociedad burguesa. Además incorporará temas y expresiones nuevas, que dan un toque diferente a todo lo visto con anterioridad. Muchos de los críticos van a considerar a Baudelaire como el precursor del simbolismo.
No sólo destacará en el terreno literario sino que también se preocupó de la pintura y la música. Crítico de arte, se acompañó de artistas de la talla de Wagner o Dé Lacroix.


Admirará a Edgar Allan Poe, llegando incluso a traducir sus obras. En 1860 dio a conocer “Paraísos artificiales”, una de sus obras más controvertidas por exaltar sus experiencias con las drogas. En la segunda parte: “Encantos y torturas de un fumador de opio”, habla sobre Thomas de Quincey, al que admira.

Si hablamos ya de su gran obra, Las flores del mal, de la que vamos a ver algunos poemas, hay que decir que se la consideró como una soez provocación. Tanto que prohibieron algunos de sus versos y le pusieron una multa por su gran atrevimiento. Gran perseguido, se le conocerá aún más por su fama de rebeldía. Pero habrá muchos que le apoyarán como el gran Víctor Hugo.
Será la reedición de esta gran obra, junto a otros escritos inéditos, los que le convertirán en el poeta maldito por antonomasia; se le califica entre otros como irreverente y vanguardista.

Baudelaire es un personaje muy importante en la historia literaria; es precursor de una poesía nueva, metafórica y si hay algo que caracteriza su obra es su ambigüedad. Por un lado toma rasgos plenamente románticos, combinando la belleza y el amor con un choque brusco relacionado con la vida urbana. Su influencia será grande en todas las artes, y será seguido por todas las sucesivas generaciones de poetas rebeldes y malditos, destacando Rimbaud, del que hablaremos en otro momento.

Os transcribo “Al lector”, poema que abre “Las flores del mal” y en el que se aprecia muy bien el pensamiento del autor:




AL LECTOR

  
La necedad, el yerro, la culpa, la codicia,
ocupan nuestro espíritu, trabajan nuestro cuerpo,
y como los mendigos se nutren de miseria,
nosotros nos nutrimos de los remordimientos.

Nuestro pecado es terco, la contrición, cobarde;
nos hacemos pagar muy bien lo confesado,
y creyendo lavar con vil llanto las culpas,
nos volvemos alegres al camino de fango.

En la almohada del mal es Satán Trigemistro
el que sabe mecer y embrujar nuestra alma,
y el precioso metal de nuestra voluntad
evaporar su mano químicamente sabia.

El diablo es quien maneja los hilos que nos mueven.
Atractivo encontramos en lo más repugnante;
cada día al infierno descendemos un paso
por tinieblas hediondas y espantosos lugares.

Igual que un libertino que besara y mordiese
el seno maltratado de una vieja ramera,
robamos al pasar un placer clandestino
que exprimimos lo mismo que una naranja seca.

Espeso, hormigueante, como un millón de helmintos,
un pueblo de demonios hierve en nuestro cerebro;
y cuando respiramos baja a nuestros pulmones,
como un río invisible, la muerte, el paso quedo.


                   ♦♦      ♦♦        ♦♦





Para terminar, “Embriagaos”, uno de mis textos, sin  duda, preferidos…
Me ha sido difícil encontrar vídeos que merezcan la pena, y ninguno recitado en español. Me hubiese gustado encontrar alguno de este poema, pero de momento no lo he encontrado…


Os dejo con él:



Embriagaos

Hay que estar siempre ebrio. Esto es lo único. Para no sentir el horrible fardo del tiempo que rompe vuestros hombros y os inclina hacia la tierra, hay que emborracharse sin tregua

¿De qué? De vino, de poesía o de virtud, como gustéis. Pero embriagaos.
Y si alguna vez, en la escalera de un palacio, o en el borde de un foso, o en la soledad melancólica de vuestro cuarto despertáis ya disminuida o desaparecida la embriaguez, pedidle al viento, a la ola, a la estrella, al pájaro, al reloj, a todo lo que huye, a todo lo que canta, a todo lo que habla, preguntadle qué hora es.
Y el viento, la ola, la estrella, el pájaro, el reloj, os contestarán: “Es hora de embriagarse. Para no ser los esclavos martirizados por el tiempo, embriagaos constantemente. De vino, de poesía o de virtud, como gustéis.”










Buena semana y hasta el próximo lunes! ( Embriagaos, pero sin excesos…)

 


domingo, 14 de octubre de 2012

Hoy, Pablo Neruda


PABLO NERUDA (I)








   

Pablo Neruda ( nacido bajo el nombre de Ricardo Eliecer Neftali Reyes Basoalto) nació en Parral, Chile, el 12 de julio de 1904. Falleció en Santiago, el 23 de Septiembre de 1973. Su poesía es universal porque abarca todo lo humano, tanto en su plano individual como social. Es junto a Octavio Paz y a Benedetti uno de los poetas americanos más importantes del siglo XX.

Muy metido en la política, combinó con ésta su actividad literaria, siendo militante comunista y llegando a ser embajador de Francia durante el transcurso de gobierno de Salvador Allende.

Los principales temas tratados en sus obras son principalmente el amor carnal, sublime, que se verá en su máximo esplendor en Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924) , que tiene ya rasgos modernistas . En 1920 conoce a Gabriela Mistral, y ésta lo acerca a la literatura rusa del siglo XIX. Esa es la razón por la que a los diecisiete años toma su seudónimo a partir del nombre de Jan Neruda, un escritor checo al que admiraba. Otras de sus  obras más importantes es Crepusculario (1923). Gracias a su carrera diplomática viaja por diversos países y conoce a figuras tan importantes como Alberti o García Lorca.


En 1930 contrae matrimonio con María Antonia Hagenaar, de quién se divorcia pasados doce años.Comprometido con la causa republicana publica España en el corazón y en 1939 le designan como cónsul en París, colaborando con los emigrados españoles en Francia. Ya en Chile, en 1943, tras un conjunto de disputas políticas dentro del partido comunista se le acusa de injuriar al presidente Gonzalez Videla, causa por la cual tiene que emigrar exiliado a México, donde publicará una de sus obras más famosas: Canto General, en 1950. En estos años de exilio escribe también Los versos del capitán (1952) y Odas elementales (1954).

Regresa a Chile, mantiene una gran amistad con Salvador Allende, quién lo nombra embajador en Francia  y recibirá el premio Nobel de literatura en 1971. Pero su enfermedad es tan acuciante que lo lleva a la renuncia a su cargo como embajador en 1973 y regresa a Chile donde morirá pocos días después del golpe de Estado que acaba con el gobierno de Allende.(1922)

  
                                                                   


Sus restos fueron enterrados junto a Matilde Urrutia, su última esposa, en Isla Negra. Entre sus múltiples libros de poesías destaca “Confieso que he vivido” (1973), memoria publicada después de su muerte.



 Os transcribo uno de sus FRAGMENTOS, ( DE EL HABITANTE Y SU ESPERANZA,1926) que aunque de una indudable poeticidad se acerca más a la prosa:


VI

Entonces cuando ya cae la tarde y el rumor del mar alimenta su dura distancia, contento de mi libertad y mi vida, atravieso las desiertas calles siguiendo un camino que conozco mucho.
En su cuarto estoy comiéndome una manzana cuando aparece frente a mí, el olor de los jazmines que aprieta con el pecho y las manos, se sumerge en nuestro abrazo. Miro, miro sus ojos debajo de mi boca, llenos de lágrimas, pesadas. Me aparto hacia el balcón comienzo mi manzana, callado, mientras que ella se tiende un poco en la cama echando hacia arriba el rostro humedecido. Por la ventana el anochecer cruza como un fraile, vestido de negro que se parara frente a nosotros lúgubremente. El anochecer es igual en todas partes, frente al corazón del hombre que se acongoja, vacila su trapo y se arrolla a las piernas como vela vencida, temerosa. Ay del que no sabe qué camino tomar, del mar o de la selva, ay, del que regresa y encuentra dividido su terreno, en esa hora débil, en que nadie puede retratarse, porque las condenas del tiempo son iguales e infinitas, caídas sobre la vacilación o las angustias.
Entonces nos acercamos conjurando el maleficio, cerrando los ojos como para oscurecernos por completo, pero alcanzo a divisar por el ojo derecho sus trenzas amarillas, largas entre las almohadas. Yo la beso con reconciliación, con temor de que se muera; los besos se aprietan como culebras, se tocan con levedad muy diáfana, son besos profundos y blandos, o se alcanzan los dientes que suenan como metales, o se sumergen las dos grandes bocas temblando como desgraciados.
Te contaré día a día mi infancia, te contaré cantando mis solitarios días de liceo, oh, no importa, hemos estado ausentes, pero te hablaré de lo que he hecho y de lo que he deseado hacer y de cómo viví sin tranquilidad en el hotel de Mauricio.
Ella está sentada a mis pies en el balcón, nos levantamos, la dejo, ando, silbando me paseo a grandes trancos por su pieza y encendemos la lámpara, comemos sin hablarnos mucho, ella frente a mí, tocándonos los pies.
Más tarde, la beso y nos miramos con silencio, ávidos, resueltos, pero la dejo sentada en la cama. Y vuelvo a pasear por el cuarto, abajo y arriba, arriba y abajo, y la vuelvo a besar pero la dejo. La muerdo en el brazo blanco, pero me aparto.
Pero la noche es larga.




Acabamos por hoy (Aunque a Pablo Neruda le tendré que dedicar varios días, como a todos, supongo). Y que mejor forma de finalizar que con  “EL POEMA”, el que todos conocemos y el que no me canso de escuchar, por tener uno de los comienzos más bonitos que puedo recordar. Os dejo con  su Me gustas cuando callas…






Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.
Como todas las cosas están llenas de mi alma,
emerges de las cosas llena del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mi alma,
y te pareces a la palabra melancolía.
Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza.
Déjame que me calle con el silencio tuyo.
Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto



Hasta el próximo lunes!


lunes, 8 de octubre de 2012

SYLVIA PLATH (I)




“El no ser perfecta, me hiere”




Empezamos con este  precioso vídeo para introducirnos: http://youtu.be/Gdd_i_nAW5o


        Era una tarde de facultad y teníamos que hacer una exposición del autor que hubiésemos elegido. Le tocaba el turno a mi compañero Luis y empezó hablando de alguien de quién yo jamás había oído hablar: Sylvia Plath. Creo que la curiosidad por saber más de ella me salpicó de inmediato. Hablábamos en clase del significado que los datos extraliterarios pueden tener en cualquier texto, es decir, sobre si es imprescindible o no saber de la vida del autor para comprender sus poemas. Ha habido muy diversas opiniones acerca de ello. Algunos consideran que es necesario y otros se fijan únicamente en la inmanencia del texto, es decir, el texto en sí, dejando fuera todo lo demás, como pueden ser las circunstancias sociales de la época,  las culturales, la biografía del propio autor, etc. (postura extremadamente radical). Simplificando mucho podemos decir que ambas cosas son importantes y complementarias.


Pero es obvio que esta vez si; la  necesidad de saber un poco de  la vida de Sylvia  es necesario  para entender su poesía, y por ello voy a hablar un poco de su biografía.

Cuando empecé a escuchar la exposición creo que lo que me hizo alarmarme fue su tremenda muerte. Ella murió cerrando la puerta de la cocina y metiendo la cabeza dentro del horno. Es una de las muertes más horribles que he oído, pensé. Y rápidamente quise saber qué era lo que le había impulsado hacia ese tremendo final.


De esta manera quise leer sus poemas, y saber qué es lo que puede llevar a una mente a querer desaparecer de este mundo de una forma tan sumamente desagradable. Sabemos que son demasiados los escritores que se suicidan; se me ocurren Virginia Woolf, Baudelaire, etc. Y es normal que nos planteemos cómo alguien que tiene esa sensibilidad puede llegar a este final. Quizás la razón sea que ellos pueden captar el mundo de una manera tan especial  que llega un momento en que éste les supera. Pero no nos quedemos con lo negativo y  pensemos que también hay otros muchos que lo hacen de igual manera y han tenido y tienen  fuerzas para seguir viviendo.






Silvia Plath fue poeta y ensayista norteamericana nacida en  un suburbio de Boston, en Jamaica Plain, en 1932. Comenzó a escribir sus poemas desde edad muy temprana: ocho años. Parece que todo transcurrió en su vida de manera acelerada, pues antes de sus diecisiete años le diagnosticaron un trastorno bipolar que le condujo a intentar suicidarse. Fue sometida a un duro tratamiento psiquiátrico, y aún así graduarse de manera muy exitosa en el Smith College. Posteriormente obtuvo una beca para la Universidad de Cambridge donde conoció a su futuro marido; Ted Hughes, con quién se casó en 1956. Vida triste, rodeada de enfermedad, sumado a un duro divorcio, le llevan a quitarse la vida en 1963. Treinta años, una vida agotada extremadamente pronto, pero un gran legado  promovido por el que fue su marido. Fue la primera poeta en recibir el premio Pulitzer post-mortem.


Sylvia era una completa amante de la perfección, incluso a la hora de morir. El 11 de febrero de 1963 selló cuidadosamente las puertas de la habitación  de sus dos hijos: Nicholas y Frieda. Dicen que dejo al lado de éstos dos vasos de leche y se aseguró de que el escape de gas no pudiese dañarlos. Metió la cabeza en el horno y se despidió de la vida. Morir también debía ser un acto llevado a cabo con la mayor precisión posible. Cuando fallece no es demasiado conocida en el ámbito literario; ni siquiera su muerte es demasiado trascendente para la prensa.


¿Por qué puede llegar alguien a terminar de esta manera? Lo que sabemos es que su vida era una vida de apariencias, como la época exigía.
A pesar de ser una poeta genial, los últimos meses de su vida vivió en un apartamento en muy  malas condiciones y en una tremenda soledad. De puertas hacia fuera fue una gran persona, complaciente con todo su alrededor (todos los excesos son malos) y aparentando tener un matrimonio perfecto. Sin embargo, tras esa máscara, vemos a una mujer que no pudo expresar la pasión que tenía en su interior, que había tenido un infeliz matrimonio y que , sobre todo,  se sentía insatisfecha consigo misma.


Su enfermedad se debe sobre todo a ese perfeccionismo del que hemos hecho mención, que se vuelve paranoia, tanto en sus relaciones con la gente como en su propio verso.

Cuando acabé de leer sus poemas tuve una extraña sensación de desasosiego. Parece una poeta maldita, sin ningún ápice de optimismo. Creo que su poesía es tan fuerte que puede llegar a influir en el ánimo de quién lee sus versos. Crea a su alrededor un ambiente siniestro, como endemoniado.  Tras esa aparente sonrisa vamos conociendo a una persona que tiene el corazón destrozado.

                                                                                                 
                                                      
                                                               




Con solo ver estas fotos no podríamos ni siquiera imaginar lo que realmente ocurría en su mente.
Es curioso el  desprecio absoluto que tiene  por el género masculino, especialmente por su padre al que odia hasta el punto de tratarlo como a un nazi en sus poemas. Sin embargo se tratará más bien de una  relación amor-odio. Lo transcribo para que se vea hasta donde llega la brutalidad de sus versos:




PAPI

Tú ya no, tú ya no
me sirves, zapato negro
en el que viví treinta años
como un pie, mísera y blancuzca,
casi sin atreverme ni a chistar ni a mistar.

Papi, tenía que matarte pero
moriste antes de que me diera tiempo.
Saco lleno de Dios, pesado como el mármol,
estatua siniestra, espectral, con un dedo del pie gris,
tan grande como una foca de Frisco,

Y una cabeza en el insólito Atlántico
donde el verde vaina se derrama sobre el azul,
en medio de las aguas de la hermosa Nauset.
Yo solía rezar para recuperarte.
Ach, du.

En tu lengua alemana, en tu ciudad polaca
aplastada por el rodillo
de guerras y más guerras.
aunque el nombre de esa ciudad es de lo más corriente.
Un amigo mío, polaco,
afirma que hay una o dos docenas.
Por eso yo jamás podía decir dónde habías
plantado el pie, dónde estaban tus raíces.
Ni siquiera podía hablar contigo.
La lengua se me pegaba a la boca.

Se me pegaba a un cepo de alambre de púas.
Ich, ich, ich, ich,
Apenas podía hablar.
Te veía en cualquier alemán.
Y ese lenguaje tuyo, tan obsceno.

Una locomotora, una locomotora
silbando, llevándome lejos, como a una judía.
Una judía camino de Dachau, Auschwitz, Belsen.
Empecé a hablar como una judía.
Incluso creo que podría ser judía.

Las nieves del Tirol, la cerveza rubia de Viena
no son tan puras ni tan auténticas.
Yo, con mi ascendencia gitana, con mi mal hado
y mi baraja del Tarot, y mi baraja del Tarot,
bien podría ser algo judía.

Siempre te tuve miedo: a ti, a ti
con tu Luftwaffe, con tu pomposa germanía,
con tu pulcro bigote y esa
mirada aria, azul centelleante.
Hombre-pánzer, hombre-pánzer, Ah tú…

No eras Dios sino una esvástica
tan negra que ningún cielo podía despejarla.
Toda mujer adora a un fascista,
la bota en la cara, el bruto
bruto corazón de un bruto como tú.

Mira, papi, aquí estás delante del encerado,
en esta foto tuya que conservo,
con un hoyuelo en el mentón en lugar de en el pie,
mas sin dejar por eso de ser un demonio,
el hombre de negro que partió

de un bocado mi lindo y rojo corazón.
Yo tenía diez años cuando te enterraron.
A los veinte intenté suicidarme
para volver, volver a ti.
Creía que hasta los huesos lo harían.

Pero me sacaron del saco
y me amañaron con cola.
Y entonces supe lo que tenía que hacer.
Creé una copia tuya,
un hombre de negro, tipo Meinkampf,

amante del tormento y la tortura.
Y dije sí, sí quiero.
Pero, papi, esto se acabó. He desconectado
el teléfono negro de raíz, las voces
ya no pueden reptar por él.

Si ya había matado a un hombre, ahora son dos:
el vampiro que afirmaba ser tú
y que me chupó la sangre durante un año,
Siete años, en realidad, para que lo sepas.
Así que ya puedes volver a tumbarte, papi.

Hay una estaca clavada en tu grueso y negro
corazón, pues la gente de la aldea jamás te quiso.
Por eso bailan ahora, y patean sobre ti.
Porque siempre supieron que eras tú, papi,
papi, cabrón, al fin te rematé.



La muerte de su padre significa para ella abandono, el primero y el que provocaría en su vida los primeros sentimientos de odio y venganza. Desgraciadamente volverá a sentir el abandono años después tras la mala relación que tiene con su marido y que acaba tras siete  años de matrimonio de celos e infidelidades. Está sola de nuevo, y ello será motivo para desencadenar ese odio hacia todos los hombres: devoro hombres como el viento, dice en uno de sus poemas.


 Sin embargo dicen que todo lo negativo tiene su parte positiva y esa parte será, sin duda, que durante los ocho meses posteriores a la separación de la pareja se convertirá en una auténtica genio y creará sus mejores poemas. Ellos serán recogidos por Ted en Ariel y Árboles invernales.

La muerte es el tema obsesivo en su poesía. Dejo su análisis para la segunda parte para no alargarme demasiado. Hoy solo quería que la conocieseis un poquito personalmente; el próximo día hablaré  de su poesía, que es francamente dura, pero impresionante.

Que tengáis un buen día.  Os dejo con un vídeo que merece la pena escuchar y  cuyo autor es Alfonso Costafreda con la voz de Anna M. Raset:  http://youtu.be/QrjjAoW1v_w

( Nota: Me habéis dicho algunos de vosotros que no podíais  publicar comentarios; estoy en ello! Me estoy iniciando en este mundo…)

Feliz semana, y hasta el lunes que viene!