TUS ZONAS ERRÓNEAS
W. Dyer
CAPÍTULO I. HACIÉNDOTE CARGO DE TI
MISMO
La esencia de la grandeza radica en la
capacidad de optar por la propia realización personal en circunstancias en que
otras personas optan por la locura.
Mira por encima de tu hombro. Te darás cuenta de que tienes a tu
lado un compañero que te acompaña constantemente. A falta de un nombre mejor
llámalo (Tu-Propia-muerte.) Puedes tener miedo a este visitante o usarlo en tu
propio beneficio. De ti depende la elección.
Siendo la muerte una propuesta tan eterna y la vida tan
increíblemente breve, pregúntate a ti mismo: "¿Debo evitar hacer las cosas
que realmente quiero hacer?", "¿Viviré mi vida como los demás quieren
que la viva?". Lo más probable es que tus respuestas se puedan resumir en
unas pocas palabras: Vive... Sé tú mismo... Goza... Ama.
Puedes temer tu propia muerte de forma negativa o usarla para
ayudarte a vivir de modo positivo. Escucha al Iván Ilich de Tolstoi mientras
espera al gran nivelador, contemplando un pasado completamente dominado por los
demás, una vida en la que había desistido de ser dueño de sí mismo a fin de
encajar en el sistema.
"¿Y si toda mi vida ha sido una equivocación qué?" Se le
ocurrió que lo que antes le había parecido completamente imposible,
especialmente el hecho de que no había vivido como debería haberlo hecho podría
después de todo ser verdad. Se le ocurrió que sus impulsos vitales, reprimidos
brutalmente por sí mismo apenas los había experimentado, podrían haber sido lo
único verdadero y real de su vida, y todo lo demás falso. Y sintió que sus
obligaciones profesionales y toda la organización de su vida y de su familia,
todos sus intereses sociales y oficiales, todo eso podría haber sido falso.
Trató de defenderse y justificarse ante sí mismo y de pronto sintió cuán débil
era lo que estaba defendiendo y justificando. No había nada que
defender..."
La próxima vez que tengas que decidir acerca de tu propia vida,
que tengas que hacer una elección personal, hazte una pregunta muy importante:
"¿Cuanto tiempo voy a estar muerto?" Ante esa
perspectiva eterna, puedes decidir ahora lo que prefieres, lo que eliges, y
dejar a los que siempre estarán vivos las preocupaciones, los temores, la
cuestión de si te lo puedes permitir y la culpabilidad.
Si no empiezas a actuar de esta manera, ya puedes formularte la
posibilidad concreta de vivir toda tu vida tal como los demás piensan que
debería ser. Ciertamente si tu
estancia en la tierra es tan corta debería ser por lo menos agradable. En
pocas palabras, se trata de tu
vida; haz con ella lo que tú quieres.