lunes, 25 de noviembre de 2013

ENRIQUE VALLE (I)






Tengo la más grave enfermedad
que pueda declararse.
Tengo la maldad que hace feliz
y la piedad que impide serlo.




 




Hace un mes fui a un recital de Enrique Valle en el café Comercial. 
Enrique Gracia ha colgado el vídeo, así que me salto la biografía, y os pongo directamente el enlace.
Dura media hora; os transcribo los cuatro poemas que más me han gustado de “Hazversidades poéticas”, por si preferís leerlo o no tenéis tiempo de verlo.


Besos, y hasta la semana que viene.









VIRUS VIRGEN


Habría que divulgar la epidemia, pero no sé cómo.

Poeta es todo aquél que delira adrede. La poesía es el
aspecto inquietante de las cosas, sobretodo de la
conciencia.

No es poesía la música No es poesía la racionalización del
sentimiento. No es poesía el beso de cumpleaños No es
poesía un mar que puede describirse. No es poesía la de
siete a ocho. No es poesía mentir de mentira. No es poesía
lo sublime sin dolor. No es poesía la luna si no es porque
sí. No es poesía una primavera de cien años.

OBSESIÓN;  ese es el único camino.

Hay poesía en las tripas de un niño arrollado por la
carreta, cuándo un ángel las coloca en su sitio antes de que
llegue la madre a llorarle.


                
                                 
                   

                        

CÓMO VA LA VIDA

Me han salido canas
Rodeado de litros de toda especie,
Con el estupor provocado para no matarme
y la inconformidad a brazo partido.
Me la he pasado sin adornos
porque una cantata de más
siempre le quita el pan a alguien
y siempre, siempre, miente más que canta.
Me puse a lo enfangado
conspirando con su belleza oculta,
mientras los nervios se me vestían de luto
con intención de morder a fondo.
He amado mucho,
he odiado mucho,
he perdonado bastante.
Y hasta ahora sólo me gusto yo
y nada más que un rato.








TODO UN SER HUMANO


Después de darle a la eternidad
un buen trago
y estar más ronco por dentro
que un perro al despedirse para siempre
a esta hora en que el mundo baila para olvidar
y se barruntan amores de ocasión
en todas las aceras
en todos los parques donde aguante el buen tiempo
en todas las citas de algún día
yo
me como mi pasillo
buscando no sé qué dirección
en el ruido de las piernas al rozarse
voy avanzando como bola de pelusa
derecho a cualquier espejo
aguantando como sea
un vómito impaciente
sabedor de todos los cuadros y distorsiones
que hay en cada camino en mi camino
y cuando al fin llego al vertedero
no sé si mirarme antes
o ser natural y asumir las borracheras
o decirme que no piense tanto
que ya está bien de hacerme el crudo
Pero es inútil
Enseguida me viene al pelo
la bronca de acordarme dónde me plantaron
la clase de purgatorio que son
los hombres y los hombres y los hombres
y todos los demás hombres
cuando aman y matan y ríen y se pierden y se
apiadan y se odian y son tan importantes
 y son tan tontos y son tan dulces y dan
tanto miedo y dan tanta pena y mueren
 tan mal y dan la vida tan bien
y se parecen tanto a ése que se llama como yo
que tiene mi misma cara
ahora después de salir por la boca
todo el resto necesario
mientras me voy a la ventana
y resulta ser el espejo que tanto busqué
sólo que está lleno de porquería.



                                                 


(…)

Hay más oeste en la tarde
que en toda una semana de nubes.
Hay tantas serpientes a estas horas
como en ningún desierto se dio el caso.
Hay doscientos cortadores de cabelleras
merodeando por algún sentimiento.
Hay demasiada falsa firma
para poder olvidarse de la verdad.
Hay una banda de desganados
que intentan quitarnos las ganas.
Hay una carretera
haciéndonos cadáveres a todo correr.
Hay chicos y chicas en los nidos
que hoy sabrán lo que es ser águila.
Hay un montón de “teamos”
a punto de coger el Winchester.
Hay un espíritu coyote
entrando de una vez en los guerreros.
Hay que joderse
si no aprovechamos este día.



                                                  





No hay comentarios:

Publicar un comentario