lunes, 3 de marzo de 2014

Una lágrima y una sonrisa. Khalil Gibran (I)





“No eres sino un fragmento de tu gigantesco ser; una mano que busca el pan y una mano ciega que sostiene la copa a una boca sedienta”






Una lágrima y una sonrisa


No cambiaría las penas de mi corazón por las alegrías de la multitud; ni haría que las lágrimas que la tristeza hace correr desde todas partes se conviertan en risa. Preferiría, más bien, que mi vida continuara siendo una lágrima y una sonrisa.

Una lágrima para purificar mi corazón y permitirme interpretar los secretos de la vida y sus cosas ocultas.

Una sonrisa para acercarme a los hijos de mi clase y para ser un símbolo de mi glorificación de los dioses.

Una lágrima para unirme con aquellos de corazón roto; una sonrisa para ser una señal de mi existente alegría.

Más bien prefiero morir con añoranza y anhelo que vivir cansado y desesperado.

Desearía que el hambre de amor y belleza estuviera en las profundidades de mi espíritu, porque  he visto a aquellos que están satisfechos ser las personas más desgraciadas.

He oído el suspiro de quienes tienen añoranza y anhelos, y es más dulce que la más dulce melodía.

Con la llegada de la tarde, la flor envuelve sus pétalos y duerme, abrazando su nostalgia. Al amanecer abre los labios para encontrarse con el beso del sol.

La vida de una flor es nostalgia y logros. Una lágrima y una sonrisa.

Las aguas del mar se evaporan, ascienden, se juntan y se convierten en una nube.

Y la nube flota por encima de las colinas y los valles hasta que se encuentra con la suave brisa, luego cae llorando sobre los campos y se une con los arroyos, que corren para regresar al mar, su hogar.

La vida de las nubes es una separación y un encuentro.
Una lágrima y una sonrisa.

Y así el espíritu se separa del espíritu mayor para moverse por el mundo material y pasar como una nube sobre la montaña del dolor y las llanuras de felicidad hasta juntarse con la brisa de la muerte y regresar de donde vino.

Al océano del amor y la belleza, a Dios.



De Una lágrima y una sonrisa, 1914

Khalil Gibran




♣ ♣ ♣

Una lágrima: es eso que humedece los ojos del mundo. Y que el mundo se empeña en ocultar. Es eso que nos tragamos tantas veces por soberbia, por orgullo, por demostrar fortaleza y queda atorada en la garganta, apretada en el corazón, comprimiéndonos todo. Es tan profunda, que no sabemos con certeza de donde nace, ni si podrá morir alguna vez.
A veces una lágrima: cicatriza una herida, lava una pena y ablanda.
Una lágrima: es un recuerdo, una angustia, una desesperación, una interrogante.
Una lágrima: puede ser a veces el comienzo del perdón, la primera luz de la rectificación que hace estrechar una mano.
Una lágrima: es a veces la gota mágica que hace cambiar por dentro cuando tenemos que pagar nuestra cuota de dolor, la lágrima ayuda. Cuando la derramamos en el corazón querido, o en la intimidad de la amistad, la lágrima une, estrecha, funde.
La lágrima: transforma, enseña, disuelve los rencores, las espinas, las malas hierbas que van creciendo en la amistad e impidiendo acercarse, abrazarse, comprenderse. La lágrima descubre. El que ignora tus motivos, no te conoce.

Lucas  6:21


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