Hoy vamos a ver algo diferente.
Voy a transcribir lo que ha escrito el director de Cuerpomente (Josan Ruiz),
una de mis revistas preferidas, y en su último número, que me
pareció muy interesante:
“Probablemente desde el instante
en que nacemos la forma en que experimentamos la realidad cuenta más para
nosotros que la realidad en sí, suponiendo que ésta pudiera objetivarse de
algún modo. Un bebé que se siente plenamente amado y sostenido por su entorno
prolonga los mejores momentos que debió de experimentar en la placenta. La
vulnerabilidad emocional que implica el hecho de nacer y vivir se torna más
llevadera, tal vez no impide entrever los dones y oportunidades de la vida
humana. ¿Qué sucede desde que tomamos el primer aliento hasta que damos el
último suspiro? ¿Qué nos acompaña? Un conjunto de experiencias. El androide de
la película Blade Runner muere en paz
tras haberse aproximado a la categoría de humano más allá de las apariencias:
ha desarrollado empatía y asume que no podrá compartir sus mejores vivencias,
que se perderán en el tiempo como “lágrimas bajo la lluvia”. La felicidad es la
experiencia que más perseguimos. Pueda que tenga relación como cuánto somos
capaces de amar la vida, como quiera que la entendamos (científica o religiosamente),
y en especial a esa criatura que somos o fuimos y al resto de seres humanos. La
vida nos da más bienes de los que podemos llegar a agradecer: otra razón para poner
lo mejor de nuestra parte”
Os dejo con un poema atribuido a
Pablo Neruda, el impresionante Pablo Neruda, (para mí hay pocos como él) .Creo
que hoy basta con esto. Breve, pero intenso…Creo que en el colegio nos enseñan
demasiadas cosas, la mayoría de ellas inservibles, cuando en realidad deberían incidir
en otros valores que son mucho más importantes. Creo que la felicidad no es algo utópico.Creo que la felicidad es posible,
e intentar ser felices, una
obligación.
Ved primero el vídeo, es genial.
¡Hasta la semana que viene, y a
disfrutar del comienzo del verano!
Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos
trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su
vestimenta
o bien no conversa con quien no
conoce.
Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino
de emociones,
justamente éstas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones
destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando está infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...
¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡No te impidas ser feliz!
quien no lee,
quien no oye música,
quien no encuentra gracia en sí mismo.
Muere lentamente
quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.
Muere lentamente
quien se transforma en esclavo del hábito
repitiendo todos los días los mismos
trayectos,
quien no cambia de marca,
no se atreve a cambiar el color de su
vestimenta
o bien no conversa con quien no
conoce.
Muere lentamente
quien evita una pasión y su remolino
de emociones,
justamente éstas que regresan el brillo
a los ojos y restauran los corazones
destrozados.
Muere lentamente
quien no gira el volante cuando está infeliz
con su trabajo, o su amor,
quien no arriesga lo cierto ni lo incierto para ir
detrás de un sueño
quien no se permite, ni siquiera una vez en su vida,
huir de los consejos sensatos...
¡Vive hoy!
¡Arriesga hoy!
¡Hazlo hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡No te impidas ser feliz!
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