lunes, 26 de noviembre de 2012








Hoy voy a hacer un inciso antes de empezar, para dar la bienvenida a Alejandro, nuestro nuevo miembro de la familia, que  ha nacido  sanito y  muy despierto... ¡Precioso!

Y por supuesto, felicitar  a sus padres. Especialmente a su madre a la que le ha costado un poquito traerlo al mundo. Este vídeo es para ella:



                                                          http://youtu.be/15IEnEegHWE



Bienvenido, Alejandro.



                                                                       ♣ ♣ ♣ ♣ ♣ ♣





La  entrada del blog de hoy está  también dedicada especialmente  a alguien que nos ha dado la noticia de que va a ser mamá, y además a quién le encanta Portugal .Hoy  hablaremos de Fernando Pessoa, el gran poeta portugués. Espero que te guste.¡Enhorabuena!:



                                                          http://youtu.be/mucrBJv6LV0




FERNANDO PESSOA



                                                  http://youtu.be/QqqbJmqmu24



Os pongo el enlace por si queréis  ver el reportaje, aunque transcribo lo que se dice, por si preferís leerlo ( está en portugués, subtitulado en español);

“El gran portugués cuya vida y obra evocaremos es Fernando Pessoa, uno de nuestros más grandes poetas. Para muchos, es con seguridad, el más grande. Fernando Pessoa permaneció en Lisboa, apenas por un simple incidente burocrático, como veremos. Habiendo tenido el inglés como lengua matriz, puesto que en África del Sur, por razones familiares, la infancia y la adolescencia, su sueño era obtener una beca que le permitiera seguir sus estudios en Oxford, en Cambridge; en el Reino Unido.Una beca para el estudiante brillante que era Fernando Pessoa, debería haber sido fácil de obtener, pero no fue así. Y habiendo regresado a Portugal a los diecisiete años, aquí se quedó para escribir como nadie, sobre la tragedia de la existencia, la incertidumbre de la vida y la muerte, los sueños, las ilusiones y las desilusiones. Por esto, todos nosotros nos identificamos con alguna parte de su vasta obra. En Lisboa, erró de casa en casa y de oficina en oficina. Desilusionado de la educación superior, será un oscuro técnico comercial, después de su fracaso en pequeños negocios y cortas incursiones en otras profesiones, incluida la de publicista. Y a pesar de su enorme talento, no es reconocido sino por sus pares, puesto que en vida, no logra publicar sino un libro. Se trata de “Mensaje.”De su enorme obra, repartida entre las diversas identidades de los diferentes heterónimos, todavía hoy, quedan algunos inéditos. Pero hace mucho que el mundo lo reconoció como uno de los grandes poetas del siglo XX, traducido a 37 lenguas, tantas como los años que vivió (47). Será la periodista y escritora Clara Ferreira Alves la defensora de este gran portugués. “Estamos en 1905, Fernando Pessoa tiene 17 años, viaja solo a bordo del “Herzog”, barco de vapor alemán que lo apartará para siempre de África y del sueño de estudiar en una universidad inglesa. Alumno brillante, el joven Pessoa no logra ganar la beca para estudiar en Inglaterra, a pesar de haber obtenido la mejor nota de la candidatura. Para continuar los estudios, se vio forzado a dejar a la familia y regresar a Portugal. En ese tiempo, los viajes por mar, los viajes en  barco demoraban días, meses. Durban, en la costa del Indico, en la punta de África es bañada por las mismas aguas que Gama atravesó en sus navíos, buscando la India. Para Fernando Pessoa, el viaje en barco hacia Lisboa, debe haber sido un largo viaje de desaliento y nunca más viajó. En Lisboa, comienza otro viaje: un viaje interior, un viaje de creación.

Fernando Pessoa, solitario en Lisboa, la ciudad por la que siempre anduvo, de casa en casa, de oficina en oficina, entre cafés y tabernas, entra amigos y familia. Siempre solitario. Treinta años fue lo que necesitó este oficinista para fundar una obra que es, prácticamente, una cosmología, es decir, a un viaje cósmico. Fernando Pessoa parte de las calles estrechas de “A baixa” para el universo. Fue fundador de una lengua portuguesa moderna junto con Cesario Verde a quien admiraba. Trabajó el ritmo de las palabras y de  las frases, trajo a la literatura la sonoridad del día a día. Supo escribir la tragedia de la existencia, la incertidumbre de la vida y de la muerte, los sueños, las ambiciones, as ilusiones y las desilusiones, las contradicciones, las fallas de nuestros diversos “yos”, de nuestra múltiple identidad. Nos apasiona Fernando Pessoa porque él transforma su vida y su cotidianidad, su pensamiento y su viaje intelectual en una experiencia universal de la que todos participamos.

Os dejo con uno de sus poemas más conocidos:


 http://youtu.be/7L59yASwGVc ( en portugués) 
 http://youtu.be/Jfu1D9X14Go ( en español)






Tabaquería

No soy nada.
Nunca seré nada.
No quiero ser nada.
Aparte de eso, tengo en mí todos los sueños del mundo.

Ventanas de mi cuarto,
Del cuarto de una de las millones de personas del mundo que nadie conoce
(Y si supiesen quién es, ¿qué sabrían?)
Miran hacia el misterio de una calle atravesada constantemente por la gente,
Hacia una calle inaccesible para todos los pensamientos,
Real, imposiblemente real, verdadera, desconocidamente verdadera,
Con el misterio de las cosas por debajo de las piedras y de los seres,

Con la muerte que produce humedad en las paredes y cabellos blancos en los seres,
Con el Destino que conduce la carroza del todo por la carretera de la nada.



Hoy estoy vencido, como si supiera la verdad.
Hoy estoy lúcido, como si estuviera a punto de morir,
Y no tuviese otro vínculo con las cosas
Que no fuera una despedida, convirtiendo a esta casa de este lado de la calle
En la hilera de vagones de un tren, con la partida silbada
Desde dentro de mi cabeza
Y una sacudida de mis nervios y huesos que crujen durante la salida.



Hoy estoy perplejo, como quien pensó y encontró y olvidó.
Hoy estoy dividido entre la lealtad hacia
la Tabaquería del otro lado de la calle, como algo real por fuera,
y a la sensación de que todo es sueño, como algo real por dentro.

Fracasé en todo.
Como no tuve ningún objetivo, tal vez todo fuera nada.
Del aprendizaje que me dieron,
Me descolgué por la ventana trasera de la casa.
Fui hasta el campo con grandes propósitos,
Pero allá sólo encontré hierbas y árboles,
y cuando había gente era igual a la otra.
Dejo la ventana, me siento en una silla. ¿En qué he de pensar?

¿Qué se yo de lo que seré, yo que no sé lo que soy?
¿Seré lo que pienso? ¡Pero pienso en ser tantas cosas!
¡Y hay tantos que piensan en ser la misma cosa que no puede haber tantos!
¿Genio? En este momento
Cien mil cerebros se conciben en sus sueños tan genios como yo,
Y la historia no reseñará, ¿quien sabe?, ni siquiera a uno,
De tantas conquistas futuras quedará apenas estiércol.



No, no creo en mí...
¡En todos los manicomios hay locos perdidos llenos de certezas!
Y yo que no tengo ninguna certeza, ¿soy más cuerdo o menos cuerdo?
No, ni en mí...
¿En cuántas buhardillas y no buhardillas del mundo
No habrá en este momento genios-para-si-mismos soñando?
¿Cuántas aspiraciones altas y nobles y lúcidas
-Sí, verdaderamente altas y nobles y lúcidas-,
Y quién sabe si realizables,
Nunca verán la luz del sol ni llegarán a oídos de nadie?



El mundo es de quien nace para conquistarlo
Y no para quien sueña que puede conquistarlo, aunque tenga razón.
He soñado más que Napoleón.
He apretado contra el pecho hipotético más humanidades que Cristo.
He pensado en secreto sobre filosofías que ni siquiera Kant escribió.
Pero soy, y tal vez seré siempre, el de la buhardilla,
Aunque no viva en ella;
Seré siempre el que no nació para eso;
Seré siempre sólo el que tenía cualidades:
Seré siempre el que esperó que le abriesen la puerta al pié de una pared sin puerta,
Y cantó la canción del Infinito en un gallinero,
Y oyó la voz de Dios en un pozo tapiado.
¿Creer en mí? No, ni en nada.
Que derrame la naturaleza sobre mi cabeza ardiente
Su sol y su lluvia, el viento que encuentra mi cabello,
Y lo demás que venga si es que viene o vendrá, o que no venga.
Esclavos cardíacos de las estrellas,
Conquistamos el mundo entero antes de levantarnos de la cama;
Pero despertamos y es opaco,
Nos levantamos y es ajeno,
Salimos de casa y es la tierra entera,
Junto al sistema solar y la Vía Láctea y lo Indefinido.



(Come chocolates, pequeña;
¡come chocolates!
Mira que en el mundo no hay más metafísica que los chocolates.
Mira que todas las religiones no enseñan más que una confitería.
¡Come, pequeña sucia, come!
¡Ojalá yo pudiese comer chocolates con la misma verdad con que comes!
Sin embargo yo pienso, y después de retirar el papel de plata, que es de estaño,
lo tiro todo al suelo, como tiré la vida)


Pero al menos queda la amargura de lo que nunca seré
La caligrafía rápida de estos versos,
Pórtico destruido hacia lo Imposible.
Al menos me consagro a mí mismo un desprecio sin lágrimas,
Noble al menos en el gesto amplio con el cual arrojo
La ropa sucia que soy, sin recibo, al transcurrir de las cosas,
Y me quedo en casa sin camisa.



(Tú, que consuelas, que no existes y por eso consuelas,
Ya seas diosa griega, concebida como estatua viva,
O patricia romana, imposiblemente noble y nefasta,
O princesa de trovadores, muy gentil y colorida,
O marquesa del siglo dieciocho, escotada y distante,
O cortesana célebre del tiempo de nuestros padres,
O algo moderno -no puedo imaginarme qué-
Todo eso, sea lo que fuera que seas, si puede inspirar, ¡que inspire!
Mi corazón es un balde vaciado.
Como invocan espíritus quienes invocan espíritus me invoco
a mí mismo y no encuentro nada.
Me acerco a la ventana y veo la calle con una nitidez absoluta.
Veo las tiendas, veo las aceras, veo los coches que pasan,
Veo los entes vivos vestidos que se cruzan,
Veo los perros que también existen,
Y todo eso me pesa como una condena al destierro,
Y todo eso es extranjero, como todo).



Viví, estudié, amé y hasta creí,
Y hoy no hay un mendigo al que no envidie sólo por no ser yo.
Le miro a cada uno los andrajos y las llagas y la mentira,
Y pienso: tal vez nunca viviste ni estudiaste ni amaste ni creíste
(Porque es posible basar la realidad en todo eso sin hacer nada de eso);
Tal vez hayas existido apenas, como una lagartija a la que le cortan la cola
Y sólo es una cola removiéndose, más acá de la lagartija.



Hice de mí lo que no supe.
Y lo que podía hacer de mí no lo hice.
Vestí un dominó equivocado.
Después me conocieron por quién no era y no lo desmentí, y me perdí.
Cuando quise quitarme la máscara,
Estaba pegada a la cara.
Cuando la arranqué y me vi en el espejo,
Ya había envejecido.
Estaba borracho, ya no sabía vestir el dominó que no me había quitado.
Tiré la máscara y dormí en el guardarropa
Como un perro tolerado por la gerencia
Por ser inofensivo.
Y voy a escribir esta historia para probar que soy sublime.



Esencia musical de mis versos inútiles,
Ojalá pudiera descubrirte como algo hecho por mí,
Y no me quedase siempre frente a la Tabaquería de enfrente,
Pisoteando la conciencia de existir,
Como si fuera una alfombra en la cual tropieza un borracho,
O una esterilla que no valía nada robada por los gitanos.



El dueño de la Tabaquería se asoma a la puerta y se queda en la puerta.
Lo miro con la incomodidad de una cabeza torcida
Y con la incomodidad de un alma que está malentendiendo.
El morirá y yo moriré.
El dejará su letrero y yo dejaré versos.
Algún día también morirá el letrero, y los versos también.
Después de ese día morirá la calle donde estuvo el letrero,
Y la lengua en que fueron escritos los versos.
Morirá después el planeta giratorio donde ocurrió todo esto.
En otros satélites de otros sistemas algo similar a la gente
Seguirá haciendo cosas como los versos y viviendo debajo de cosas como los letreros,
Siempre una cosa frente a la otra,
Siempre lo imposible tan estúpido como lo real,
Siempre el misterio de los profundo tan verdadero como el sueño del misterio de la superficie,
Siempre esto o siempre otra cosa, o ni una cosa ni otra.



Pero un hombre entra a la Tabaquería (¿para comprar tabaco?),
Y la realidad de lo plausible cae de repente sobre mí.
Me incorporo a medias enérgico, convencido, humano,
Y voy a intentar escribir estos versos en que digo lo contrario.
Enciendo un cigarrillo mientras pienso en escribirlos
Y saboreo en el cigarrillo la liberación de todos los pensamientos.
Sigo al humo como si fuera una ruta personal,
Y gozo, en un momento sensible y competente,
La liberación de todas las especulaciones
Y la conciencia de que la metafísica es la consecuencia de encontrarse indispuesto.



Después me reclino en la silla
y continúo fumando.
Mientras el Destino me lo conceda, seguiré fumando.



(Si me casara con la hija de mi lavandera
Tal vez sería feliz).
En vista lo cual, me levanto de la silla. Voy a la ventana.



El hombre sale de la Tabaquería (¿guarda el cambio en el bolsillo de los pantalones?)
Ah, lo conozco: es Esteves el que no tiene metafísica.
(El dueño de la Tabaquería se asoma a la puerta).
Como por un instinto divino Esteves voltea y me ve.
Hace el gesto de un adiós, le grito ¡Adiós Esteves!, y el universo
se me reconstruyó sin ideal ni esperanza, y el Dueño de la Tabaquería sonrió.


                                                                 ♦♦♦♦♦♦♦♦♦


“Tabaquería es uno de los grandes poemas de la historia de la humanidad. Su autor Álvaro de  Campos, el famoso  heterónimo, porque Pessoa fue el escritor de los heterónimos, de los seudónimos, de los nombres de múltiples personajes. Y en nombre de ellos, escribió una obra sin igual. Pessoa inventó muchas personas

Como el contenido del blog de hoy es muy extenso, dejamos sus muchos otros poemas para otras entradas.

Os dejo con una preciosa canción de  la voz de Mariza  en la que canta de manera impresionante  un  poema de éste.( Letra en español por el poeta Angel Crespo):
 
                                

                                                 http://youtu.be/3e88zFMR92Y



Besos, y hasta la semana que viene!



2 comentarios:

  1. Que pena de ser,que, como él mismo dice ,no creia en él,solo porque no hizo lo que quiso hacer,pues estoy segura que fue quién verdaderamente era,cuando estudió,amó,vivió...Queria conquistar el mundo y se olvidó de que el triunfo estaba en su interior,que nació para su inmortal y admirado verso.Pero es tan comprensible su tedio,su desilusión,su sinsentido ante la consciencia de lo fugaz de la vida,de los seres,de las cosas...Ciertamente era dífícil para él vencer la monotonia de unos trabajos en los que no creia,de unas calles impuestas por las que necesitó ponerse máscara para transitar como uno más por ellas. Como diría Viktor Frankl debió juzgar su condición humana compasivamente,no supo .como él,aceptar que la vida es digna de ser vivida pese a haberlo perdido todo;o como decía Hermann Hesse,creer que ,a pesar de su aparente absurdo,la vida tiene sentido,aunque la razón no pueda captarlo.Si Fernando hubiese seguido su credo ,tal vez hubiera comprendido que su vida solo le exigia su humano,accesible,genial e impresionante verso,pero no se lo reconocieron y ante tal circunstancia bastante hizo con superarse a si mismo derramándo y vomitando su sentir sin dispersarse.¡Qué pocos de nosotros sabríamos hacerlo tan magistalmente!

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  2. Y hoy también me sumo a decir "hola" a ese precioso bebé,que lleva el nombre del excepcional conquistador del imperio persa.Deseo que él conquiste la felicidad que busque.De momento tiene mucho amor y pronto sonreirá.Este poema es para ti,"RIETË SIEMPRE"...

    http://youtu.be/pJVPYSGjWnE

    Y también felicidades por esa,la màs dulce,de las esperas,a quién está esperando.

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